Se trata de la capital de la provincia Larecaja del departamento de La Paz. Es un encantador valle situado a los pies del majestuoso Illampu, a lo que debe el contraste de sus impresionantes paisajes, mezcla de cordillera y valle.
Con una altitud de 2.700 metros sobre el nivel del mar, Sorata es un destino ideal para el descanso y la aventura. Sus paisajes, vegetación exuberante y clima (de 18 grados centígrados) llaman a la tranquilidad; mientras que sus lugares, como la gruta de San Pedro, son una invitación al turismo de aventura.
Además que entre mayo y septiembre se da el pico de la temporada de senderismo en el lugar.
Las haciendas, que se construyeron durante la época colonial, aún son capaces de estimular la admiración de quienes las ven por primera vez, además que se constituyen en un complemento que hacen de esta localidad un destino imperdible de visitar en el departamento de La Paz.
La plaza principal, que lleva el nombre del presidente fallecido Enrique Peñaranda (1940-1943), ofrece una espectacular vista de los nevados, mientras que a pocos metros, donde se encuentra la Alcaldía, se ha instalado un museo que muestra vestigios de la cultura inca encontrados en el sitio Inca Marka, cerca de la laguna Chillata.
Ríos y cascadas
Sin embargo, Sorata tiene más encantos: sus ríos San Cristóbal, Capinota, Soque, Coco y Tora; las lagunas Glaciar y Chillata; poblaciones como Lacatiya y caminos precolombinos como el del Oro y el Kallawaya, además de cascadas.
Desde la laguna Glaciar, que se encuentra a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar, se puede admirar toda la población sorateña, el lago Titicaca y parte de la cordillera Real.
La belleza de Sorata ha llevado a muchos, como el escritor Antonio Díaz Villamil, a compararla con el Jardín del Edén.
Gruta de San Pedro
Se encuentra a unos ocho kilómetros del poblado. Es una inmensa caverna natural a 400 metros de profundidad situada dentro de una montaña de piedra blanca. En su interior se puede observar un lago natural y formaciones de estalactitas y estalagmitas con millones de años de antigüedad.
A este paisaje oscuro se suman cientos de murciélagos de al menos cuatro variedades que duermen agazapados en las paredes de la gruta.
Cientos de leyendas han surgido en torno a esta gruta. Algunos dicen que es parte de un pasadizo que llega hasta el lago Titicaca y que en ella los incas escondieron grandes riquezas para salvarlas de la angurria de los conquistadores españoles.
Río San Cristóbal
Es conocido por los pobladores como el Cori Wayu, que significa maíz de oro. Sus aguas cristalinas pasan por la población y en la temporada de lluvias permiten la práctica del barranquismo o canyoning y pesca deportiva.
El río es también ideal para la observación de la flora y fauna propias de la población.
Caminos del Oro y Kallawaya
Existen varios caminos precolombinos que llegan y parten de Sorata hacia las montañas y los valles subtropicales de Yungas de La Paz. El camino del Oro es uno de los más conocidos y lleva siete días recorrerlo hasta llegar a Guanay, pasando por Tipuani. Otro ejemplo es el camino de los Kallawayas, un recorrido de ocho a 14 días para llegar a la región de Apolobamba.
Ambas rutas son una invitación para el turismo de aventura.
Tierra de mollos e incas
La historia señala que la cultura mollo fue la primera en llegar a Sorata. Los incas también ocuparon el valle antes que los españoles, quienes llegaron a este paraíso para convertirlo en un lugar de descanso. Muestra de esto son las casas coloniales que construyeron en el pueblo, que era el enlace entre La Paz y las poblaciones auríferas de Pelechuco y Tipuani.
Pero Sorata no brilló sólo como lugar de descanso, sino como principal productora de la valorada quinina, que hasta principios del siglo XX se constituía en el principal medicamento natural que curaba la malaria. También fue productora importante de coca.
Con una altitud de 2.700 metros sobre el nivel del mar, Sorata es un destino ideal para el descanso y la aventura. Sus paisajes, vegetación exuberante y clima (de 18 grados centígrados) llaman a la tranquilidad; mientras que sus lugares, como la gruta de San Pedro, son una invitación al turismo de aventura.
Además que entre mayo y septiembre se da el pico de la temporada de senderismo en el lugar.
Las haciendas, que se construyeron durante la época colonial, aún son capaces de estimular la admiración de quienes las ven por primera vez, además que se constituyen en un complemento que hacen de esta localidad un destino imperdible de visitar en el departamento de La Paz.
La plaza principal, que lleva el nombre del presidente fallecido Enrique Peñaranda (1940-1943), ofrece una espectacular vista de los nevados, mientras que a pocos metros, donde se encuentra la Alcaldía, se ha instalado un museo que muestra vestigios de la cultura inca encontrados en el sitio Inca Marka, cerca de la laguna Chillata.
Ríos y cascadas
Sin embargo, Sorata tiene más encantos: sus ríos San Cristóbal, Capinota, Soque, Coco y Tora; las lagunas Glaciar y Chillata; poblaciones como Lacatiya y caminos precolombinos como el del Oro y el Kallawaya, además de cascadas.
Desde la laguna Glaciar, que se encuentra a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar, se puede admirar toda la población sorateña, el lago Titicaca y parte de la cordillera Real.
La belleza de Sorata ha llevado a muchos, como el escritor Antonio Díaz Villamil, a compararla con el Jardín del Edén.
Gruta de San Pedro
Se encuentra a unos ocho kilómetros del poblado. Es una inmensa caverna natural a 400 metros de profundidad situada dentro de una montaña de piedra blanca. En su interior se puede observar un lago natural y formaciones de estalactitas y estalagmitas con millones de años de antigüedad.
A este paisaje oscuro se suman cientos de murciélagos de al menos cuatro variedades que duermen agazapados en las paredes de la gruta.
Cientos de leyendas han surgido en torno a esta gruta. Algunos dicen que es parte de un pasadizo que llega hasta el lago Titicaca y que en ella los incas escondieron grandes riquezas para salvarlas de la angurria de los conquistadores españoles.
Río San Cristóbal
Es conocido por los pobladores como el Cori Wayu, que significa maíz de oro. Sus aguas cristalinas pasan por la población y en la temporada de lluvias permiten la práctica del barranquismo o canyoning y pesca deportiva.
El río es también ideal para la observación de la flora y fauna propias de la población.
Caminos del Oro y Kallawaya
Existen varios caminos precolombinos que llegan y parten de Sorata hacia las montañas y los valles subtropicales de Yungas de La Paz. El camino del Oro es uno de los más conocidos y lleva siete días recorrerlo hasta llegar a Guanay, pasando por Tipuani. Otro ejemplo es el camino de los Kallawayas, un recorrido de ocho a 14 días para llegar a la región de Apolobamba.
Ambas rutas son una invitación para el turismo de aventura.
Tierra de mollos e incas
La historia señala que la cultura mollo fue la primera en llegar a Sorata. Los incas también ocuparon el valle antes que los españoles, quienes llegaron a este paraíso para convertirlo en un lugar de descanso. Muestra de esto son las casas coloniales que construyeron en el pueblo, que era el enlace entre La Paz y las poblaciones auríferas de Pelechuco y Tipuani.
Pero Sorata no brilló sólo como lugar de descanso, sino como principal productora de la valorada quinina, que hasta principios del siglo XX se constituía en el principal medicamento natural que curaba la malaria. También fue productora importante de coca.
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